(ou cómo amplié mi trayectoria y creé una nueva forma de guiar y comunicar)

Hace 16 años que vivo en Barcelona, y aprendí a mirar la ciudad como quien lee un texto lleno de capas. Me gusta mostrar sus contrastes, historias y rincones menos obvios.

Desde que llegué, acompañar a amigos y familiares en paseos se convirtió en un placer: planeaba los itinerarios, sugería restaurantes, traducía menús y contaba curiosidades.

Con el tiempo, esa costumbre se volvió parte de mí. A partir de ahí, comprendí que lo que comenzó como un gesto espontáneo podía transformarse en algo más. Por eso, convertí esa vivencia en un nuevo servicio profesional: Personal Guide, pensado especialmente para personas mayores de 50 años que desean viajar de manera tranquila, auténtica y personalizada.


Una trayectoria que se conecta

Evento Coterrats Barcelona

Evento Coterrats Barcelona

Antes de llegar hasta aquí, viví muchas vidas dentro de la comunicación y la cultura. Durante ese recorrido, cada etapa me enseñó una forma distinta de observar y comunicar el mundo.

Fueron más de 20 años como redactora publicitaria y directora creativa, escribiendo para marcas y campañas en Brasil y en Barcelona. Más adelante, me sumergí en la investigación de tendencias en comportamiento y consumo, actuando como analista, poniente y profesora en proyectos vinculados a la cultura, la innovación para industrias de diferentes sectores.

Además, soy posgraduada en Cultura Visual y magíster en Sociología — formaciones que ampliaron mi mirada sobre el comportamiento humano, las ciudades y las formas contemporáneas de comunicación.

Esa combinación — comunicación, investigación y mirada sociológica — acabó moldeando todo lo que hago. Incluso hoy, influye en mi manera de viajar, observar y acompañar a otros.

También soy cofundadora de Coterrats, un proyecto cultural creado en Barcelona entre 2017 y 2019. En ese mismo espíritu, diseñé una ruta sobre el barrio donde vivo para Airbnb Experience. combinando historia, cultura y mirada cotidiana. Paralelamente, escribí textos sobre viajes e itinerarios para agencias de turismo en Brasil.

Por todo ello, trabajar como Personal Guide es, por tanto, un resultado natural de ese recorrido: una síntesis de mis experiencias creativas, analíticas y humanas.


La primera experiencia como Personal Guide

Mapa de España con el recorrido del viaje

La primera experiencia como Personal Guide ocurrió en mayo de este año, en colaboración con la agencia Excellence Tours, de São Paulo.

La propuesta era acompañar a una pareja brasileña durante 20 días en España, visitando cinco ciudades: Madrid, Sevilla, Marbella, Granada y Barcelona, con paradas en Ronda y Setenil de las Bodegas.

La agencia se encargó de los vuelos y alojamientos; yo quedé responsable de la curaduría de la experiencia local — la creación del itinerario, la selección de atracciones, restaurantes, tiendas y espectáculos, además del acompañamiento diario.

Mi papel era asegurar que todo fluyera bien: traduciendo, registrando momentos en fotos, sugiriendo desvíos de ruta, ajustando horarios y transformando la planificación en una vivencia ligera y placentera. Al mismo tiempo, procuraba crear un ambiente cercano y flexible, donde cada día pudiera sorprender.

Cada ciudad tuvo su encanto.


Cinco ciudades en 20 días

Flamenco en Sevilla

Durante la primera parada del viaje, en Madrid, la pareja se emocionó al cenar en El Botín, el restaurante más antiguo del mundo. Más tarde, en Sevilla, el espectáculo de flamenco fue uno de los puntos culminantes del viaje. En cambio, al llegar en Marbella, el ritmo fue tranquilo con un día de sol y mar.

A lo largo del trayecto, las paradas en Ronda y Setenil de las Bodegas revelaron paisajes inolvidables — pueblos blancos, calles esculpidas en la roca y esa España profunda que pocos turistas conocen.

Después de esas experiencias, vino Granada, con la magia de la Alhambra y su delicadeza arquitectónica.
Finalmente, al cerrar el viaje en Barcelona, regresé a mi territorio afectivo.

Junto a los viajeros, visitamos la Sagrada Familia, el Parc Güell, la Casa Batlló, el Barrio Gótico y el Passeig de Gràcia. Además, todavía hubo tiempo para un día de compras en La Roca Village, donde una vendedora me preguntó si era Personal Shopper. Sonreí y pensé: ¿por qué no?

Al fin y al cabo, ser Personal Guide es eso: cuidar cada detalle, adaptarse y hacer que el viaje sea más cómodo y significativo.


Más que acompañar: traducir experiencias

Setas de Sevilla

Esa primera experiencia confirmó algo que ya intuía: Personal Guide es mucho más que un servicio de acompañamiento.

Es un trabajo de comunicación, curaduría y empatía.

No se trata solo de visitar lugares, sino de vivir las ciudades de manera singular.
En definitiva, crear una experiencia de viaje es, ante todo, un ejercicio de escucha y sensibilidad — entender el ritmo, los deseos y la mirada de quien viaja.

A la vez, se trata de traducir lo que existe alrededor: el idioma, las costumbres, los sabores y los silencios.
Y, sobre todo, de estar presente, observando lo que despierta el encanto en cada persona y haciendo que ese encanto sea posible.

Gracias a esta experiencia, comprendí que acompañar también significa conectar: conectar con los lugares, con las emociones y con los pequeños gestos que transforman un recorrido en algo inolvidable.


La ciudad como texto y experiencia

Allambra Granada

Mi formación en comunicación y sociología me enseñó que los lugares hablan — solo hay que saber escucharlos.

Cada calle, plaza o fachada revela mucho sobre la historia, el tiempo y las personas.

Por ejemplo, Barcelona es un mosaico de narrativas: modernismo y vanguardia, tradición y vida cotidiana. Por eso, eso es lo que procuro mostrar a los viajeros que acompaño.

Viajar conmigo es sumergirse en un itinerario que no está solo en el mapa, sino también en las historias, en las conversaciones y en las pausas.

Además, es observar cómo vive la gente, qué come, qué consume y qué valora.

En última instancia, gusta pensar que cada viaje es una historia escrita a muchas manos, en la que yo ayudo a organizar la trama, pero quienes le dan sentido son las personas que viven cada momento.


Comunicación, investigación y presencia

Presencia y cuidado al ritmo del viajero

Ser Personal Guide representa para mí la unión de tres dimensiones que siempre han caminado juntas en mi trayectoria: comunicación, investigación y presencia.

La comunicación, porque contar historias siempre fue mi oficio — sea para una marca, una clase o una persona en viaje.
Por otra parte, la investigación, porque observo, escucho e interpreto comportamientos y contextos, traduciendo lo que veo en experiencias relevantes.
Finalmente, la presencia, porque estar al lado de alguien, acompañando su ritmo, sus dudas y sus encantamientos, es lo que hace única cada jornada.

En esencia, ser Personal Guide es un trabajo de mediación: entre culturas, idiomas, tiempos y miradas.
Es transformar el desplazamiento en experiencia y el viaje en narrativa.


Un nuevo capítulo

Recuerdos de viaje

Cuando volví a casa después de aquel primer viaje, me di cuenta de que algo había cambiado.

No solo porque la pareja había vivido una experiencia memorable, sino porque yo misma me reconocí en un nuevo papel.

Un papel que une todo lo que aprendí a lo largo de mi vida profesional — de la publicidad a la investigación, de la sociología a la fotografía — y transforma todo eso en una práctica viva y afectiva.

Personal Guide no es solo un servicio.
Es una forma de estar en el mundo.

Una manera de usar la comunicación y la mirada cultural para crear viajes con sentido, confort y belleza.

Y por eso hoy soy redactora, socióloga y Personal Guide.
O quizás siempre lo fui — solo cambió la forma de contar historias.


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